jueves, 10 de marzo de 2011

¡Piérdete entre hojas! Segunda parte. Historia.

4 comentarios:

  1. Había una vez hace mucho tiempo un duende que vivía en un bosque que tenía lago y muchos árboles altos, nadie le había visto nunca, porque él se escondía durante el día en los árboles. A los caminantes que paseaban por el bosque les hacía bromas para que se fueran del bosque. Un día la reina de las criaturas del bosque fue a ver al duende y le dijo: ”O dejas de hacer bromas a los caminantes o te envío un mes a la ciudad para que aprendas cómo viven”. El duende aburrido porque no iba ningún caminante al bosque, hizo caso a la reina y se fue un mes a la ciudad. Cuando volvió estaba muy cambiado, dijo que la ciudad era muy peligrosa porque casi le atropellan los coches y no encontraba nada para hacer sus bromas. Ahora cada vez que un caminante iba al bosque en vez de hacerle bromas les ayudaba a recoger leña o a lo que hubieran ido a buscar al bosque. La reina estaba contenta porque cada vez iba más gente a su bosque.

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  2. La leyenda de los templarios
    Comienza en un bosque oscuro, grandes árboles y espesa niebla, convertía a este bosque en un bosque siniestro, algunas personas dicen que hay un alma oscura que vaga siempre por el bosque arrastrando sus cadenas,
    ¡un templario¡ pero un templario malo ,pues mató a su rey.
    Leyendas en mi opinión, yo creo que sigue vivo, pero está demasiado cansado para matar a más templarios. Aun asi, no voy a ir a buscarle, que digamos.

    Durante siglos muchos templarios fueron a su encuentro y ninguno volvió para contarlo. Hasta que…un día un templario lo destruyó, quedando el bosque libre.
    “Soy el templario, muchos dicen que he muerto, otros dicen que estoy vivo ¿y tú, qué piensas sobre mi?”
    Todo esto es un juego de tu imaginación, fíjate y descúbrelo, puede que seas un buen ‘templario’.

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  3. Érase una vez una niña llamada Elena. Vivía a las afueras de una pequeña ciudad.
    En su colegio no era para nada popular y por lo tanto, no tenía amigos. Bueno en realidad sí tenía uno, que era un árbol que se llamaba coliflor. Era su mejor amigo, ella le quería como si fuese un humano de verdad. Todos los días lo iba a ver después del colegio, y merendaba con él, se lo pasaba genial, pero a veces se sentía rara por tener como mejor amigo un árbol.
    Un día se encontró una chica muy guapa junto a coliflor, y la dijo que si quería que su amigo se convirtiera en un humano, tenía que conseguir la flor del romero azul, o si no se quedaría como estaba. Elena estaba buscando esa flor tan preciada para esa chica, pero Elena no conseguía encontrarla.
    Entonces decidió ir un día a la biblioteca para mirar libros de flores. La encontró, pero ponía que esa flor se encontraba en lo más alto del monte Everest. Al día siguiente se levantó corriendo a proponerle a su padre ir al monte Everest, él le dijo que era buena idea, pero que tenía que ser más tarde, porque tenía que ir a comprar leche al supermercado. Cuando llegaron las 5:30 se metieron en el coche rumbo al monte Everest. Cuando llegaron a la cima, se dieron cuenta de que estaba repleto de flotes de romero azul. Nada más dar un paso, Elena cogió una flor y le dijo a su padre que ya había acabado su trabajo allí, y que podían volver a casa.
    Por fin Coliflor podía ser un humano, entonces nada más llegar a casa se fue corriendo a buscar a la chica y darle la flor, en un segundo Coliflor se convirtió en un niño muy guapo. Desde aquel día la flor del romero azul sería
    para Elena la flor más bonita del mundo.

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  4. Hola, me llamo Nerea, mi bosque ideal, como describí antes, es uno en el que los niños tengan libertad.
    No se si se puede hacer una buena historia en él, pero ya miraré a ver si se puede.
    Mi historia se titula:

    Miedo en Navidad

    Había una vez, una pareja que tenía 3 hijos.

    El mayor de ellos, Moisés, no pensaba muy bien las cosas antes de hacerlas, por eso se metía en muchos líos.

    Pero en esta historia le pasará algo espeluznante, algo que cambiará su vida y su forma de ser…

    Era 23 de Diciembre, y había que buscar un árbol de navidad.

    Cuando llegaron al centro comercial del bosque, Moisés quería ir a la juguetería, y sus hermanas Itnair y Ahinara, las gemelas de 4 años, también.

    Pero Elías, el padre, dijo que no, que 1º tenían que comprar un árbol. Y la madre, Tatiana, dijo que después tampoco.

    Las gemelas se pusieron a llorar, pero Tatiana les dijo que no iban a ir porque mañana iba a venir Papá Noel y les traerían regalos.

    Las gemelas se contentaron con eso, pero Moisés no, y en un descuido de sus padres, se escapó para ir a la juguetería.

    Pero no sabía donde estaba y se perdió.

    Asustado, le pregunta a un señor si sabe que puede hacer para encontrar a sus padres.

    Pero el señor, en vez de ayudarle, lo secuestra.

    Salen del centro comercial y el señor lo encierra en su coche.

    Moisés está muy asustado, no sabe que hacer. Ve que el señor está haciendo una llamada telefónica.

    Y cuando termina, coge a Moisés, lo ata, lo amordaza y le venda los ojos.

    Después lo mete en el maletero y se lo lleva.

    Cuando para el coche, el señor coge a Moisés y lo lleva a una casa. Cuando entran se oye un: ¡Sorpresa! Y le quitan la venda a Moisés.

    Cuando abre los ojos, Moisés ve a sus padres, a sus hermanas, al señor que lo secuestró, y… ¡Resulta que está en su casa!

    Y les dice nervioso a sus padres:
    -Mamá, papá, es el hombre que me secuestró.

    Sus padres echan una sonora carcajada:
    -Nadie te ha secuestrado. Le dice su madre.
    -Lo planeamos todo nosotros. Le dice su padre.
    -Era para que no volvieras a hacer eso, porque ahora lo planeamos todo nosotros, pero para la próxima vez te pueden secuestrar de verdad. Dice el señor que… ¡Es el tío Robert!

    Moisés suelta un suspiro de alivio y promete no volver a escaparse.

    ¡MENUDO SUSTO!

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